sábado, 9 de enero de 2010

¿Puedo tener alguna malformación interna?

En época embrionaria, los genitales internos se forman a partir de dos tubos, los conductos de Müller, que darán lugar a las trompas de Falopio y, a continuación, tras fusionarse en la línea media darán lugar a una única cavidad uterina y una única vagina.
La ausencia total de vagina, cuello o matriz son extraordinariamente excepcionales y siempre son diagnosticadas como muy tarde en la época de la pubertad al impedir la aparición de las reglas. La existencia de un hemiútero por la ausencia de una de las trompas también es rara y suele pasar desapercibida pero no tiene transcendencia en la fertilidad de la mujer.
Las malformaciones más frecuentes se deben a lo que denominamos defectos de fusión. Estas malformaciones no se asocian a alteraciones en los ovarios, pero sí con frecuencia a otras malformaciones urológicas como, por ejemplo, la ausencia de un riñón. Cuando esta fusión no se produce completamente puede persistir alguna duplicidad en alguna de las partes, que podrá consistir desde un pequeño tabique o septo en la cavidad uterina hasta una duplicación completa (con presencia de dos uteros y dos vaginas), con todas las posibilidades intermedias. Ninguna de éstas impedirá a la mujer concebir pero según su severidad sí pueden ser responsables de abortos tardíos, durante el segundo trimestre de embarazo, o partos pretérmino, por lo que suele ser conveniente su corrección quirúrgica.
Las malformaciones de vagina y cérvix se ven fácilmente en la primera exploración ginecológica rutinaria, al tomar la citología. Algunas  malformaciones del útero también pueden ser diagnosticadas en una ecografía que se realice la mujer en cualquier revisión rutinaria. Además, el estudio básico de esterilidad incluye la llamada histerosalpingografía, que es una radiografía especial que permite estudiar la cavidad uterina y la permeabiliadad de las trompas. Si el diagnóstico no es concluyente se puede completar el estudio con otras pruebas como la histeroscopia, la resonancia magnética nuclear y, ocasionalmente, una laparoscopia.

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